Las 3 primeras horas de carretera a la salida de Kasane pasan rápido, las últimas dos no tanto… dado que tenemos que pararnos a desinflar las ruedas porque se acaba el asfalto y la carretera empieza a ser de arena; no nos hace nada de gracia quedarnos atascados en mitad del parque… ¡a ver quién baja a empujar el coche! 

Ya con las ruedas desinfladas y el coche en 4×4… llegamos hasta Savuti. Tras un Game Drive rapidito (como llaman aquí a darte una vueltecita con el coche por el parque) nos asentamos en nuestra parcela y la sorpresa que nos llevamos es enooorme cuando vemos que donde vamos a dormir hay unas cuantas huellas de león que nos dejan un poco acojonados, por qué no decirlo. Por supuesto, lo primero que hacemos es encender un fuego como si fuese la noche de San Juan, y tras una cena más o menos rápida, nos metemos en la tienda a dormir… o, por lo menos, a intentarlo…

Porque nuestra primera noche durmiendo en Chobe es increíble… escuchamos, hienas, elefantes, y muuuuuchos leones… la verdad es que nos costó mucho dormir por la cantidad de ruido que hacían… (nuestra sensación era que literalmente se lo estaban montando dos leones, dado que hacen muchísimo ruido cada vez que lo hacen… y pueden estar haciéndolo cada 15-20 minutos durante toooodoooo un día).  

Obviamente, al amanecer teníamos muy claro que lo que teníamos que hacer era buscar a la parejita de leones que se habían dedicado a darnos por saco toooooda la noche alado de nuestra parcela.

Tras unas cuantas vueltas… 

Nos quedamos con ellos unas cuantas horas y cuando parecía que el día iba a acabar, aparecieron lo que debía de ser el resto de la manada… 3 leones macho más. Qué regalo de buenas noches. 

Nuestra segunda noche en Savuti no fue menos entretenida que la anterior… Tras cenar y, apuntito de irnos a dormir, escuchamos un ruido en unos matorrales cercanos. No dudamos en alumbrar con la linterna… y ahí está, una hiena observándonos de cerca… quizá esperando a que nos metamos en la cama y llevarse a la boca algo que podamos dejar por ahí… 

Al final, aunque esta segunda noche no es tan toledana como la primera, alguna que otra vez la risa de la hiena nos despierta… (este ruido es inconfundible y puede ser hasta gracioso). Por la mañana, una vez recogido todo y ya con el coche en marcha, volvemos a ver a la hiena detrás de los arbustos. Se ve que tiene claro que quiere llevarse algo a la boca. 

Hoy tenemos por delante recorrer la parte sur de Chobe hasta salir por la puerta de Mababe. A partir de aquí, seguimos recorriendo kilómetros por fuera ya del parque para acercarnos al Parque Nacional de Moremi. Sin embargo, en este país, estar fuera de un parque no significa dejar de ver animales. Durante el camino, vemos varios elefantes desde la carretera, muchos pumbas y, en un lago enorme que nos corta el paso de la carretera y nos obliga a bordearlo, vemos por lo menos 20 hipopótamos.

Chobe no nos ha defraudado nada de nada!!!

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